Reflexiones desde la mitad del mundo: innovación en las contrataciones abiertas en América Latina
Hace apenas unos años, el concepto de contrataciones abiertas era un sueño visionario de unos pocos. Algunos países de América Latina ya estaban publicando datos de sus contratos, pero su uso era limitado. La semana pasada en Quito pudimos comprobar cuánto hemos avanzado en la región. Abrelatam y Condatos nos mostraron que las contrataciones abiertas son una parte fundamental de los esfuerzos para mejorar las vidas de los latinoamericanos mediante los datos abiertos y la colaboración.
Retomando nuestras actividades después de la intensa semana que vivimos, reflexionamos sobre el nuevo papel de las contrataciones abiertas como motor de cambio, y la dirección que deberíamos tomar desde aquí.
Evidenciamos el progreso y los desafíos de algunos de los más recientes publicadores en OCDS como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Escuchamos historias innovadoras de las investigaciones de diversos usuarios como La Leche Prometida de la Red Palta, La Lupa a la Contratación de la Corporación Cívica de Caldas y La Patria de Manizales y Todos los Contratos de PODER. Y asistimos a la concreción del esfuerzo regional liderado por la Organización de Estados Americanos (OEA) para implementar el Programa Interamericano de Datos Abiertos para Combatir la Corrupción (PIDA), cuyas prioridades incluyen afianzar las contrataciones abiertas en nuestros países.
A más avances se suman más desafíos que tendrán que ser superados en el futuro cercano si queremos llegar a una verdadera reforma de los sistemas de compra pública de nuestra región. Algunas de las discusiones más importantes que tuvimos giraron en torno a cómo ampliar la base de usuarios de los datos disponibles, sobre todo para que tanto el mismo gobierno como el sector privado puedan utilizarlos para su propia gestión. Ideas interesantes como el uso de datos para prevenir riesgos de corrupción en la financiación de megaproyectos (léase como “cómo no financiar al próximo Odebrecht”) están surgiendo por parte de actores financieros; así como el uso de los datos por parte de organismos de control y fiscalización.
Afortunadamente hemos superado la discusión de si debemos publicar datos o no, pero seguimos observando avances fragmentados y reformas puntuales, sin ver cambios completos en las contrataciones públicas.
Esto no quiere decir que nada esté pasando. Todo lo contrario: estamos entendiendo que un énfasis en problemas sectoriales como la provisión de alimentos o medicamentos así como la obra pública pueden ser el camino más eficaz para aprovechar la experticia de organizaciones dedicadas a estos asuntos y enfocar esfuerzos donde realmente puede haber una transformación. Con esto en mente, se vuelve obligatorio llegar al nivel local, donde la contratación tiene una relación más directa con los problemas de los ciudadanos y los gobiernos pueden permitirse innovar más fácilmente. Iniciativas como LOCI de nuestros aliados de Hivos, y el programa que estamos implementando con el apoyo del Fondo de Prosperidad británico en ocho departamentos de Colombia dan cuenta de ello. También concluimos que es necesario crear más espacios para la discusión abierta con actores que hoy están subrepresentados en la comunidad, como quienes no hablan español en la región (Brasil y algunas islas del Caribe).
En el marco de PIDA varios países quieren iniciar el camino para abrir sus contrataciones. Nos reunimos con representantes de Ecuador y Panamá, anfitriones de este y el próximo año de Abrelatam y Condatos, quienes confirmaron su interés en publicar sus datos y usarlos para mejorar su contratación pública. Estamos atentos a ver que en los próximos meses este interés se traduzca en acciones concretas y que la sociedad civil, el sector privado y el gobierno puedan trabajar juntos para innovar en la compra pública.
Más inspiración de la región muestra cómo los datos abiertos de contratación pueden ser usados para resaltar desafíos clave y mejorar el gasto público. La Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) de Paraguay está analizando y publicando tres indicadores que permiten identificar banderas rojas en los procesos de contratación. La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) monitorea la contratación de pauta oficial en ciudades de Colombia con resultados sorprendentes, como la enorme cantidad de recursos públicos pagada a algunos pocos medios de comunicación. Y en Chile el Observatorio del Gasto Fiscal de Chile se ha enfocado en analizar las compras de salud con el objetivo de mejorar el acceso a medicamentos para la población y diversificar la base de proveedores mediante procesos competitivos, motivando cambios en la dirección de las entidades encargadas. Esperamos que esta discusión resulte en los próximos meses en cambios concretos en la manera de comprar medicamentos.
Como lo manifestaron varios participantes, queremos ver cómo las compras públicas pueden realmente materializar la garantía de derechos a los ciudadanos de la región. Desde la provisión de medicamentos de calidad hasta la entrega de vías adecuadas, las discusiones en Abrelatam nos devolvieron a la idea básica de que no nos estamos refiriendo a documentos largos y aburridos con letra menuda llamados contratos. Estamos concretando ese sueño visionario que iniciamos hace unos años e ideando cómo permitir que nos lleguen mejores bienes y servicios a todos y pensando en maneras para involucrarnos todos. Y cuando digo todos, me refiero a todos: a mi tía, al proveedor de medicamentos o al señor que vende dulces en la esquina.
¡Asegurémonos de que la innovación e inspiración desde la mitad del mundo se extienda a toda la región y más allá!