Nuestra visión para 2030: Mejores contrataciones públicas para las personas y el planeta
La contratación pública debería tener como eje central a las personas. Es un medio para un fin, no un fin en sí mismo.
Por eso estamos liderando nuestra nueva estrategia con una ambición audaz que centra nuestro trabajo e impacto alrededor de las personas. Queremos posibilitar que mil millones de personas vivan en comunidades más equitativas, prósperas y sostenibles para el año 2030, logrando mejorar USD 2 billones de gasto público ejecutado a través de contrataciones.
Creamos Open Contracting Partnership para ser intrépidos: no buscamos solo un poco más de transparencia en la contratación pública, sino que pretendemos transformar las adquisiciones para que puedan responder a las necesidades más álgudas de nuestra época. Nuestra sociedad está construida y funciona a través contratos públicos. La contratación pública representa USD 13 billones cada año, o uno de cada tres dólares gastados por nuestros gobiernos. Sin embargo, muchas veces es una función gubernamental de carácter puramente administrativo y con financiamiento insuficiente. Desde OCP queremos que las adquisiciones se transformen en un servicio público inteligente, digitalizado y fácil de usar. Queremos destrabar su potencial para mejorar la sostenibilidad y la inclusión económica, restablecer la integridad y la confianza, y prestar los servicios públicos de calidad que todos merecemos. Los objetivos de nuestra nueva estrategia enfocan determinadamente nuestro trabajo en esta misión por los próximos seis años.
La contratación abierta ha demostrado ser una fuente inagotable de beneficios. Durante nuestra última estrategia para el período 2019-2023, nuestro trabajo tuvo un impacto positivo indirecto en cerca de 209 millones de vidas y USD 116.000 millones de gasto público. Una vez instaurada, la cultura que promueve la transformación de las adquisiciones basada en datos y la colaboración multiactor logra responder a muchos problemas distintos, como mejorar la coordinación y reducir el riesgo de corrupción en los EPP relacionados con la pandemia, generar ahorros de miles de millones de dólares reforzando la eficiencia y la competencia, impulsar la inclusión económica local, sobre todo de empresas propiedad de mujeres, asegurar la provisión de medicamentos e infraestructura vitales, dar voz a comunidades marginadas y mejorar la posibilidad de que los veedores ciudadanos exijan que sus gobiernos rindan cuentas.
Ahora buscamos aprovechar ese impulso para, una vez más, incrementar la escala hasta lograr un punto crítico de cambios globales en las políticas y las prácticas para principios de 2030. No tenemos que persuadir a todo el mundo, pero sí tenemos que captar la imaginación y las prácticas de un grupo suficientemente grande a fin de que el cambio parezca imparable. Fue así que llegamos a nuestro objetivo audaz de mil millones de personas y la meta de gastos de USD 2 billones.
Por eso, tenemos que lograr mayor escala extendiéndonos en alcance, al llegar a más lugares, y con mayor profundidad, buscando fortalecer el impacto sistémico en áreas en las que ya estamos trabajando. Hemos identificado cuatro vías clave en nuestra nueva estrategia para llevarnos a esa meta.
1) Creación conjunta de soluciones digitales de adquisición
La tecnología actual en materia de adquisiciones sirve a la burocracia, y no a las personas. Ante esta realidad, vamos a trabajar con socios para construir procesos de contrataciones electrónicas mucho mejores y otras soluciones digitales que sean fáciles de usar y que utilicen datos para medir y mejorar los resultados de las adquisiciones. Por ejemplo, con nuestro apoyo, la agencia de compras pública de la República Dominicana monitorea en tiempo real todas las transacciones en el sistema de adquisiciones electrónicas del país utilizando 21 indicadores de riesgos de corrupción automatizados. Del mismo modo, Lituania está dando seguimiento al uso de criterios “verdes” para promover la adquisición de productos y servicios que respeten el medioambiente, y Paraguay utiliza el aprendizaje automatizado para anunciar licitaciones que son adecuadas para que participen pequeñas empresas. No pretendemos convertirnos en una empresa de tecnología cívica, sino que estamos aportando nuestra experiencia en adquisiciones a los socios para ayudarlos a ser más radicales y transformadores. Vamos a cerciorarnos de que nuestras soluciones se construyan conjuntamente con socios locales que van a aceptar como propio un “problema” significativo, y que también asumirán como propio el enfoque y le darán mayor escala. Un ejemplo claro de esto es que OCP trabaja tanto con la sociedad civil como con el gobierno para idear cómo la reconstrucción de Ucrania por la guerra podría realizarse de manera digital, responsable y centrada en las comunidades locales.
2) Afianzar nuestras comunidades regionales
Las estrategias, herramientas y enseñanzas se difunden mejor cuando hay idiomas en común y temas prioritarios en común. La mayor inversión individual de nuestra última estrategia fue apoyar a equipos locales y regionales a estar lo más próximo posibles a la primera línea de innovación en las adquisiciones. Hemos podido apreciar los beneficios de ese cambio regional (sobre todo durante la respuesta a la pandemia), por lo que seguiremos fortaleciendo nuestra presencia de miembros del equipo de OCP en diferentes regiones del mundo, incluyendo América Latina, además de invertir más en oportunidades y recursos de aprendizaje regionales. No dejen de revisar nuestras páginas regionales y de suscribirse a nuestros boletines de noticias para conocer las novedades.
Vamos a apoyar a nuestras socias locales para incrementar su capacidad, sobre todo a organizaciones de la sociedad civil que están arraigadas a nivel local y que son los usuarias naturales de la información relativa a adquisiciones públicas, como reAcción en Paraguay, CivicDataLab en la India o el Africa Freedom of Information Centre en Uganda. Estas organizaciones están profundamente asentadas en sus comunidades, conocen muy bien su economía política y participan activamente en la formación de políticas públicas locales. Sobre todo, estas organizaciones aceptan como propios los resultados de nuestra colaboración, utilizando información sobre contratación abierta para favorecer mejores servicios y resultados en sus comunidades. Nos hemos propuesto un nuevo objetivo para nuestra estrategia que consiste en conseguir fondos y recursos específicos para estos actores.
3) Construir alianzas con organizaciones internacionales
Hemos logrado avances importantes en la definición de normas globales en el marco del G7, el G20, la OCDE y la ONU como parte de nuestra estrategia anterior, pero todavía vemos falencias en la ejecución de los compromisos y en asegurar que se trasladen a sectores críticos como la infraestructura, la salud y la sostenibilidad. Ahora vamos a centrar de manera más explícita nuestros esfuerzos internacionales de incidencia en incorporar y apoyar intervenciones de contratación abierta en instituciones multilaterales que favorezcan la transformación digital y una mejor gobernanza de las adquisiciones públicas, como el Banco Mundial, las Naciones Unidas, los bancos regionales de desarrollo, el FMI y otros, a fin de transformar esas normas en acciones.
4) Configurar las normas y prácticas globales, sobre todo relativas a contratación pública electrónica (e-GP) y sostenibilidad
Las adquisiciones deben ser digitales y sostenibles para llevar mayores beneficios a las personas y proteger al planeta. Consideramos esencial involucrarnos activamente en la formación de nuevas prácticas en estas dos áreas críticas. Actualmente, los tipos de apoyos disponibles y las buenas prácticas tienden a estar influenciadas principalmente por análisis jurídicos detallados o soluciones técnicas ya establecidas.
Si bien abundan las orientaciones relativas a procesos de compras verdes y sostenibles, los hallazgos de nuestras investigaciones globales indican que los compradores gubernamentales todavía siguen teniendo dificultades para comenzar y aumentar el alcance de sus esfuerzos. Esto es incluso más urgente si consideramos el incremento inmenso que precisamos en financiación verde para lograr nuestros objetivos de cero emisiones netas. A su vez, nuestras investigaciones sobre la experiencia de implementar sistemas electrónicos de contratación pública en contextos de menor capacidad pone de manifiesto que hay brechas sustanciales en la asistencia global para desarrollar sistemas de e-GP que sean aceptados y mantenidos a nivel local como propios, en comparación con la implementación de productos ya existentes y de más bajo precio. Podemos contribuir a cambiar todo eso con un apoyo más práctico, herramientas e inspiración, ayudando a salvar la brecha entre conocimientos y práctica creando guías “fáciles de usar” (consulte nuestro Conjunto de herramientas para la contratación pública abierta y sostenible y nuestra Guía para principiantes sobre cómo utilizar la contratación pública para enriquecerse) y compartiendo historias reales sobre las reformas y las dificultades que plantean.
Un gasto público más eficiente será central para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. Tenemos planes audaces de contribuir con nuestro aporte, para que la contratación pública esté al servicio de la ciudadanía y no de la burocracia. Nos encantaría que leyeran nuestra nueva estrategia; los invitamos a informarse, contarnos qué piensan y plantear sugerencias sobre dónde podemos trabajar juntos para conseguir un impacto aún más transformador.
¡El futuro es abierto!